<b>Nueva Delhi.- La bailarina llegó a la India -un país que le
atrajo "desde pequeña"- hace doce años con una beca de la Unesco y pasó
cuatro de ellos viviendo y bailando danzas sagradas en templos del sur
del país, hasta que se marchó a Delhi, donde enseña ballet clásico.</b>
La bailarina y coreógrafa dominicana Soraya Franco animó hoy a los
músicos indios y dominicanos a buscar puntos de fusión entre el merengue
y los bailes tradicionales de la India con vistas a una futura
colaboración bilateral.
Franco, vestida con un traje folclórico de
su país, protagonizó en el Instituto Cervantes de Nueva Delhi una
"vídeo conferencia bailable", según sus palabras, durante la que explicó
el origen histórico del merengue y llegó a bailar dos piezas.
"Es
una ocasión, tan lejos del Caribe, de dar una vista panorámica de estas
danzas, como el merengue, que es un auténtico símbolo nacional para mi
país que data de tiempos de la independencia", aseguró Franco en
declaraciones a Efe.
La bailarina llegó a la India -un país que le
atrajo "desde pequeña"- hace doce años con una beca de la Unesco y pasó
cuatro de ellos viviendo y bailando danzas sagradas en templos del sur
del país, hasta que se marchó a Delhi, donde enseña ballet clásico.
La
conferencia cuenta con el apoyo de la embajada de República Dominicana
en Nueva Delhi, cuyo embajador, Hans Dannenberg Castellanos, defendió la
promoción de la cultura como un "instrumento imprescindible" para dar a
conocer su país.
Dannenberg recordó que República Dominicana ha
cerrado recientemente un acuerdo de cooperación cultural con la India y
se mostró esperanzado de poder traer algún día al país asiático a
algunos de sus más afamados músicos, como Chichi Peralta.
"Aquí se
conoce más la salsa que el merengue. Hasta ahora el problema ha sido
que los costes son altísimos, pero tenemos ganas de que los indios lo
bailen", dijo a Efe el embajador.
"Peralta -convino Franco- tiene
muchas ganas de venir para colaborar con artistas indios. Yo creo que
podemos encontrar puntos de convergencia entre los dos países. Al final,
todos los corazones son humanos y la gente quiere bailar". EFE