<b>En la República Dominicana existían divergencias en cuanto a las normas y
metodologías de medir la pobreza. Analistas, investigadores, entidades
estatales y organismos no gubernamentales hicieron sus aportes en ese
sentido, pero las diferencias metodológicas no permitían la
comparabilidad nacional ni internacional.</b>
En los últimos años, los
esfuerzos de las instituciones nacionales que examinan el tema se han
encaminado a establecer una línea oficial de Pobreza en la República
Dominicana, que exprese la realidad nacional y que permita la
comparación con otros países. Para ello, se conformó un equipo
interinstitucional, con la coordinación técnica de la Oficina Nacional
de Estadística, que contó con el apoyo de organismos internacionales que
respaldaron la iniciativa.
Esta nueva metodología diseñada y las fuentes de información básica
disponibles permiten un acertado y confiable dato sobre el nivel de
pobreza en el país. Dichas fuentes son, principalmente, la Encuesta
Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH 2007), para la
definición de todos los insumos para la construcción de las líneas, y
la Encuesta Nacional de Fuerza de Trabajo (ENFT), para la actualización
de las cifras de pobreza anuales.
Con esta metodología, se pretende optimizar el uso de los recursos
disponibles a nivel oficial que permitan el diseño de políticas públicas
intersectoriales que impacten y mejoren la calidad de vida de los
dominicanos.
“En vista de esta primera aportación, las autoridades dominicanas pueden
definir cuáles son los perfiles de pobreza, caracterizados desde
distintos enfoques”, según explica el licenciado Pablo Tactuk, Director
Nacional de Estadística, quien pone como ejemplo la pobreza por zona de
residencia, la pobreza por nivel educativo, la pobreza por dominio
geográfico, entre otros análisis posibles.
El Comité Interinstitucional es liderado por el Ministerio de Economía,
Planificación y Desarrollo (MEPYD), la Oficina Nacional de Estadística
(ONE) y el Banco Central (BC). Lo conforman, además, el Ministerio de
Salud Pública, el Ministerio de Trabajo, el Gabinete de Coordinación de
Políticas Sociales, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo
(PNUD), la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y
el Banco Mundial (BM). Ese equipo trabajó durante dos años en la
configuración de una medición unitaria de la pobreza monetaria en base a
los ingresos y egresos de los hogares y su relación con la fuerza
laboral existente.
“Los indicadores de pobreza monetaria apuntan a la tenencia de los
medios para satisfacer las necesidades, mientras que los
correspondientes a la pobreza multidimensional se refieren a la
satisfacción misma de ellas. Sin embargo, uno esperaría que haya una
relación directa, o al menos positiva, entre tener los medios para la
satisfacción y la satisfacción misma. Es por estas, entre otras razones,
que la mayoría de los países siguen usando el enfoque monetario para
sus cifras oficiales de cantidad de pobres”, afirma el licenciado
Tactuk.
En consonancia con lo expuesto por el Director Nacional de Estadística,
el licenciado Luis Madera, Coordinador Técnico del Proyecto y Encargado
de Estadísticas Económicas de la ONE, considera que “hay una nueva
corriente que trata de abarcar más caras de la pobreza, mediante la
medición de la pobreza multidimensional, pero la verdad es que a esa
metodología le falta todavía algo de desarrollo, además de que la
propuesta de medición que se tiene no es tan sencilla de calcular como
lo es por el lado del ingreso”.
Refirió el Coordinador Técnico que “en la República Dominicana, de forma
similar a otros países, hay medición y ejercicios de pobreza
multidimensional para programas sociales específicos". Citó que aquí se
mide la pobreza por el Índice de Condiciones de Vida, que es el que usa
el Gabinete Social para identificar a los hogares pobres potenciales
beneficiarios de los programas sociales, por lo que a su modo de ver
ambas mediciones pueden convivir juntas.
“La nueva metodología arroja valores de pobreza que oscilan entre los
obtenidos con la metodología con línea de CEPAL y la Metodología con
línea BM-BID. Eso era de esperarse, pues siempre que se define una nueva
metodología, las canastas tienen variaciones que provocan valores
diferentes pero coherentes en términos de las tendencias de la pobreza
en el país”.
Destacó, asimismo, que “lo importante es que las tendencias que venían
mostrando las líneas anteriores son reproducidas por la nueva
metodología. Tanto en las dos líneas anteriores como en la nueva oficial
se pueden observar algunas etapas diferenciadas. De 2000 a 2002, se
observan niveles relativamente bajos y estables. Por los efectos de la
crisis financiera de 2003, se observa, entre ese año y 2004, un
incremento precipitado de los niveles de pobreza, llegando a su punto
máximo en 2004. A partir de 2005, en la etapa post crisis, se nota una
gran mejoría, con una disminución acelerada de los niveles alcanzados en
esa etapa, hasta 2007. A partir de 2007 y hasta el momento, se observa
un proceso de disminución consistente de la pobreza, pero a una
velocidad menos acelerada que en el período 2005-2007.
“La nueva metodología mide dos líneas: una de pobreza extrema, que es el
precio de la canasta básica alimenticia, y otra de pobreza moderada,
que es el precio de la canasta básica de consumo que integra la canasta
básica alimenticia y otros elementos necesarios para la subsistencia
como la vivienda, el transporte, la vestimenta y las medicinas. Se
considera que un hogar es extremadamente pobre si el ingreso del cual
dispone no es suficiente para comprar la canasta de alimentos que, con
ayuda de los especialistas en nutrición del Ministerio de Salud Pública y
de los resultados del consumo de la ENIGH, se consideró como necesaria
para un nivel aceptable de nutrición. Mientras que una persona es
moderadamente pobre si su ingreso disponible no le alcanza para comprar
una canasta de bienes que incluye la canasta alimenticia más los demás
bienes básicos”.
Con esta nueva medición, las actualizaciones anuales, que se vienen
haciendo desde el año 2000, capturarán de mejor modo los patrones de
consumo de la población, al mismo tiempo que se continuará el monitoreo
periódico que se había venido realizando. El sistema de monitoreo
vigente en el país tiene una periodicidad más frecuente que en otros
países de la región, lo cual es una ventaja en cuanto a oportunidad y
utilidad de las informaciones. Hay países en Centroamérica que dan
cifras de pobreza cada 3 o 5 años, mientras que en la República
Dominicana las actualizaciones se realizan semestralmente, a partir de
los datos de la ENFT.
Este, como otros informes de pobreza en República Dominicana, ofrece
cifras a nivel de regiones de planificación, que es lo más desagregado
que permite la fuente de información que es la ENFT. Eso hace posible la
comparación, por ejemplo, de la Región del Valle en el Sur profundo (la
más pobre) con relación a la Zona Metropolitana o del Ozama (la menos
pobre), además de la diferenciación entre zona urbana y rural.
Con la riqueza de información contenida en este informe, disponible en
la página web de la ONE, www.one.gob.do, los analistas e investigadores
del fenómeno de la pobreza tienen una vasta documentación de consulta
para estudios derivados del mismo y su relación con otros elementos de
la economía. Del mismo modo, el ejercicio ha hecho posible que el equipo
técnico de la ONE se fortalezca y desarrolle un gran experticio en la
medición de la pobreza y su monitoreo periódico.
Qué es el indicador de bienestar, cómo se calcula
De manera simple, la medición de la pobreza monetaria consiste en
contrastar los valores monetarios de las dos canastas, la básica
alimenticia y la básica de consumo, con un indicador del poder
adquisitivo de los hogares. Las personas cuyo poder adquisitivo esté por
debajo de una de esas líneas son consideradas en uno de los niveles de
pobreza: extrema o moderada.
Construidas las canastas de consumo (se estructuran a lo largo de un
periodo determinado de meses), hay que determinar el indicador de poder
adquisitivo o indicador de bienestar que se usará. Normalmente, los
países se deciden entre el ingreso y el gasto. Esto depende de la fuente
de información. Por ejemplo, en Perú se hace una encuesta anual que
mide el gasto de los hogares; por eso, allí se mide la pobreza usando
como indicador de bienestar el gasto de los hogares. En la República
Dominicana, la variable que se mide anualmente es el ingreso de los
hogares en la ENFT, razón que motivó al Comité Técnico
Interinstitucional a decidirse por el ingreso disponible de los hogares
como indicador de bienestar.
El indicador de bienestar, esto es, el medio del que dispone el hogar
para enfrentar sus necesidades, en la nueva metodología de medición
incluye los ingresos laborales (salario, salario en especie, comisiones,
ingresos por cuenta propia, entre otros factores monetarios), los
ingresos por renta de bienes y de tierra, las transferencias del
gobierno, de empresas o de otros hogares nacionales o extranjeros, entre
otros ingresos.