<b>No
es el cúmulo de riquezas y bienes que hace próspero a un pueblo ni es el único
elemento que lo impulsa hacia el progreso y desarrollo, si sus pobladores no
elaboran en consenso su propio código de ética, lo respetan y lo cumplen al pie
de la letra, las riquezas sólo la tendrían unos pocos y los demás que se hundan
cada vez más en el profundo pozo de la miseria, de donde no saldrían nunca
jamás. </b>
Sus esperanzas, ahí mismo, morirían, y si muere la esperanza, desparecería
con ella la caridad. Todo traería como resultado el volver a los tiempos del
canibalismo, nos comeríamos uno con otros tratando de sobrevivir a través de la
acción del más fuerte.
Nuestra
querida y muy amada Quisqueya, siempre mal tratada desde el primer día en que
Cristóbal Colón pisó esta tierra hasta la fecha, cuando arribó un 5 de
diciembre en busca de hacer eternas sus noches buenas, trayendo consigoun grupo de ladrones, criminales y demás
gentes sin humanidad, sin respeto y sin ningún tipo de caridad, saqueando, corrompiendoy manchando nuestra Quisqueya no sólo de
sangre de gente buena, amable e inocente, de cadáveres de todos las edades, de infantes
que en el nombre del Señor llamado el Cristo sus cuerpecitos eran divido en
dos,sino, que también sembraron en cada rincón el árbol
gigantesco de lamaldición del saqueo
incontrolable, la mentira, el irrespeto y la esclavitud, llegando a echar
raíces tan profundas, que hoy, a más de seiscientos años, están esparcidas en
cada terruñito de tierra que forma el conglomerado total de nuestras tierras.
Apesar de la actitud noble, hermosa y
cristiana de nuestros independentistas, de convertir a Quisqueya en una nación
libre, creándola sobre el fundamento del amor que irradia la Santísima Trinidad
de Dios, exhibiendo la cruz de Cristo, pero no la que lo crucificó, sino la que
hizo posible la redención de toda la humanidad,tomando como emblema central su palabra: “Y conocerán la verdad, y la
verdad los hará libre” (Juan 8:32) como tratando de decir, no te preocupes
mi amada tierra algún día serás libre de las raíces de esta gran maldición.
Duarte,
Sánchez y Mella, yo les pregunto- ¿Cuándo llegará ese día? Cuándo realmente
seremos libres del saqueo, el irrespeto, del que nos sigan consumiendo nuestra
personalidad unos cuantos caníbales, que movidos por sus avaricias, egoísmo y
deseo insaciable de poder y riquezas, sin caridad, lanzan de cabeza hacia el
pozo de la miseria cada día a más y más de las gentes por las que ustedes
proclamaron la libertad. Es tanta la corrupción y el irrespeto y la falta de
ética, mis inolvidables libertadores, que desde sus ausencias físicas ha
arropado en sus cuatro puntos cardinales nuestra patria la maldición sembrada
por nuestros colonizadores- No sólo nos roban nuestros gobernantes, aquellos
que llegan al poder no para seguir el ejemplo del Profesor Juan Bosch cuando
dijo que un gobernante es un servidor del pueblo, no uno que se sirve del él. Hasta
nos saquean algunos comerciantes, aquel sin humidad, sin conciencia ni ningún
tipo de piedad ni pudor, al darnos a ingerir elementos que atentan contra
nuestra salud, sólo les importa el cúmulo de riquezas.
No
sólo somos víctimas de estos saqueos, son muchos los que usan su profesión para
hacer más grande el pozo de la miseria. El primero de todos es el profesional
de la educación, cuando le roba al estudiantado el tiempo de su formación, cuando
nole interesa el que aprenda para la
vida, cuando le roba la oportunidad de salir junto a los suyos del pozo de la
miseria. Así mismo roba el abogado y el juez, aquel o aquella que por unos
pesitos más venden la justicia que con dolor clama y espera a diario el pueblo. También roba el derecho a la salud, el médico o la
médica a aquellos, que hasta pacientes
les llaman, porque esperan pacientemente las manos de quien puede por lo menos
aliviarlos, escondiendo las manos cuando no pueden cubrir sus honorarios. Hasta
el ingeniero civil, arquitecto y demás corruptos de la construcción, al hacer
escuelas valoradas en un montón de millones, invierten uno y los demás a sus
bolcillos, sin importarles que nuestra joven población muera aplastada por
algún sacudión de la naturaleza.
También
roban los de abaj el carnicero, el colmadero y hasta el platanero. La yuca
junto a otros tubérculos los revuelcan en el lodo para que su peso sea mayor,
hasta el peso los arreglan. A pesar de esta acción, no se conforman con la
ganancia que les deja el lodo. Ni una lata de mangos en la carretera podemos
comprar, la mitad está llena de hojas y un triangulo arriba formado por algunos
llamativos mangos. Y si de la policía se trata, ahí sí que está el montón de
autorizados rateros. ¡Dios mío, quién salvará este pueblo! Es un círculo
vicioso dónde casi todos estamos metidos. El que no roba los dineros del pobre,
le roba a alguien su dignidad, a los
niños y a las niñas a vivir una vida de calidad, la conciencia al ignorante, y
otros nos roban hasta la tranquilidad.
E
aquí muy válida la expresión del Maestro Jesús: “no sólo de pan viven los seres
humanos”. Un pueblo sin un código de ética que resalte primero la humanidad,
después el respecto y el derecho de las gentes de vivir con dignidad e igual
oportunidad, resaltando la caridad
acompañada de la honestidad y la solidaridad, diciendo basta ya de corrupción,
no más maltratos a los pobres,los
ladrones a la cárcel, los oportunistas lejos del pueblo, los pobres liberados
del pozo. Sólo así progresará nuestra nación encaminado sus pasos hacia el
desarrollo.
Los
dominicanos y las dominicanas estamos clamando a gritos que necesitamos hombres
y mujeres humanas, honestas, valientes, que con gallardía salgan al frente a
salvar nuestra nación. Aunque es posible que aparezca algún lector de este
articulo que se pregunte ¿pero, donde están estas gentes?¿Dónde podemos encontrarlas? Pues tengo para
decirles, que aún nos quedan, como le dijo el ángel al profeta Elías: “Todavía
hay setecientos profetas que no han doblado sus rodillas ante los Baales”. En nuestro
caso, aún nos quedan hombres y mujeres queno han doblado sus rodillas ante este terrible mal social. Son muchos
los que con intrépida gallardía al frente han salido en defensa de los más
oprimidos, denunciando la corrupción.A
estos hoy aplaudimos, con batimiento
incasablemente de nuestras manos, al mismo tiempo que felicitamos a todo aquel
funcionario o funcionaria que sin importarle perder su vida, se lanzan con
intrepidez a hacer del conocimiento público, el cómo es maltratado y saqueado
impunemente, no sólo en este tiempo sino desde muchas décadas atrás, nuestra
linda y próspera Quisqueya, multiplicando sin conciencia, sin respeto y sin
ningún tipo de humanidad la miseria en el más del 90% de nuestros hogares.
Aplausos
para ti, Altagracia Paulino, por estar vigilando que los avaros
comerciales, sinescrúpulos, nos sigan
lentamente envenenando de porquerías y sustancias nocivas a nuestros cuerpos.
Aplausos para ti, Profesor José Izquierdo, porque con valentía nos presenta
con nombres y apellidos, los funcionarios también sin escrúpulos que no nos
dejan disfrutar de un simple vaso de agua fría ni de un abaniquito en las
noches calurosas, nos tienen por años viviendo noches oscuras sin el brillo de
las estrellas, bajo la simple y peligrosa luz de una vela. Aplausos para ti,
también, Nuria Piera, Huchi Lora, entre otros comunicadores más, por alertarnos
e instruirnos sobre este maldito mal, y
a todas aquellas personas que le duele el pellejo de los demás.
¡Basta
ya! Salgamos todos y todas con nuestro
granito de arena a reconstruir nuestra sociedad. Los que aún amamos con amor
sincero a nuestra Quisqueya.
La
autora es Licenciadaen Teología y
Educación Superior, con especialidad en Lingüística.