<span style="font-weight: bold;">Un
PRD que asuma durante los próximos cuatro años su rol de opositor verdadero sin
perder de vista, ni por un instante, que su propósito es alcanzar el poder para
desde allí producir los cambios y las transformaciones que demanda la sociedad.</span>
Quiero
un PRD más hacía la izquierda que hacia la derecha. Un
PRD que represente los mejores y más sanos intereses de la República
Dominicana.
Un
PRD definido política e ideológicamente, de tal manera que se diferencia de los
demás partidos tanto en la práctica como en sus fundamentos programáticos.
Un
PRD que asuma durante los próximos cuatro años su rol de opositor verdadero sin
perder de vista, ni por un instante, que su propósito es alcanzar el poder para
desde allí producir los cambios y las transformaciones que demanda la sociedad.
Un
PRD de masas, dispuesto a tomar las calles cuando haya que tomarlas; que apoye
y/o dirija las luchas populares, sin vacilaciones.
Un
PRD moderno, disciplinado, con una dirección integrada por hombres y mujeres,
jóvenes y viejos,honestos, capaces y
dispuestos al trabajo, con vocación de servicio al país. Dirigentes que no se
vendan, que no pacten que con el enemigo, que no ignoren los organismos ni los
estatutos del partido. Dirigentes que no traicionen. Y el que lo haga, que
pague las consecuencias.
En
elPRD que quiero no cabe Miguel Vargas,
ni quienes le siguen.
El
PRD que quiero hay que transformarlo. Hacerle una reingeniería. Una revolución
interna. Una profilaxis. Lo que sea, pero distinto para bien, no para mal.
En 1973 Juan Bosch, entonces líder
indiscutible del PRD, se fue y creó el PLD. Dividió el partido. Sin embargo,
cinco años después el PRD, bajo la dirección de Peña Gómez, volvió al poder con
Antonio Guzmán de candidato. Ha sido ese, según los historiadores, el mejor
gobierno que ha tenido el país desde la muerte de Trujillo.
No
le temo a una división. Más daño hace la una unidad sin fundamentos y sin
principios. No puede haber unidad conquienes trabajaron en contra de su propio partido durante la campaña
electoral, con quienes salieron a las calles con el PLD, la Policía y el
Ejército, a comprar cédulas y reprimir a la población para que no votara por
Hipólito Mejía. No puede haber unidad con los que públicamente respaldaron al
candidato oficialista. No puede haber unidad con los que celebraron en un hotel
de la capital “la derrota” del PRD; no puede haber unidad con los que votaron
en la casilla tres, por el Partido Reformista cuando debieron hacerlo en la uno
por Hipólito.
Si
hay que dividir al PRD para disciplinarlo, para convertirlo en un partido
verdadero, en un instrumento de lucha popular contra los apagones, el alto
costo de la vida, la represióny
brutalidad policial, etc., que se divida. Estoy seguro que el PRD saldrá
fortalecido.
Miguel
y su gente no representan al PRD, representan al gobierno, a Leonel, Danilo y
el PLD. Miguel no es opositor, es
oficialista. Miguel es en el PRD, lo mismo que Carlos Morales Troncoso en el
Partido Reformista.
Yo
quiero un PRD vigoroso que represente a la gente de abajo, a la clase media, no
al gobierno. Un PRD con ganas de alcanzar el poder. No un PRD vacilante que le
haga el juego sucio al gobierno vendiendo y traicionando al pueblo.
Yo
quiero un PRD sin quinta columnas, sin Caballos de Troya, sin traidores.
Yo
quiero un PRD que rescate los valores de Peña Gómez, que amó al PRD más que a
nada ni a nadie en su vida. Un PRD que reivindique su historia democrática y
popular.
Yo
quiero un PRD más a la izquierda, que a la derecha.
Un
PRD más cerca del pueblo, que de sus enemigos.