En 1978, lo recuerdo como ahora, el Partido
Reformista, el de Joaquín Balaguer, tenía el control de los poderes del
Estado, incluyendo una buena parte de la prensa, la iglesia y demás
poderes fácticos. Como ahora los tiene el Partido de la Liberación
Dominicana.
En 1978, como ahora lo hace Leonel, Balaguer utilizaba los recursos del Estado como si fueran suyos.
En 1978, como ahora lo hace Leonel, Balaguer inauguraba obras todos
los días, incluso sin terminar, pavimentaba calles, repartía dinero y
comida….
En 1978, como ahora con Leonel, la gente tomó todo cuando le dio
Balaguer. Pero a la hora de votar lo hizo mayoritariamente por Antonio
Guzmán Fernández y el PRD.
En 1978, como parece ocurrirá ahora con Leonel, las Fuerzas Armadas y
la Policía fueron instrumentos políticos golpeando, torturando y
apresando dirigentes de oposición.
En 1978 se produjo el dislocamiento de miles de electores, robaron
urnas, secuestraron centros de votaciones, compraron cédulas. En fin, se
pusieron en práctica las más diversas formas de fraudes. Pero fue
imposible quitarle el triunfo al PRD.
En 1978 el abogado del diablo, el personaje más funesto de la
política en el país, mediante subterfugios legales le arrebató cuatro
senadores al PRD para impedir el control del Congreso y de la justicia,
de modo que fuera imposible enviar a la cárcel a los corruptos.
En 1978, lo recuerdo como ahora, el PLD, con Juan Bosch a la cabeza, se puso del lado de Balaguer, no del PRD.
En 1978, como debe hacerse ahora, el PRD estaba en las calles con una línea de masas que no se detuvo nunca.
Me cuentan que durante una reunión, donde la mayoría se oponía a la
entrega del mando, Balaguer dijo que era imposible retener el poder, que
la voluntad del pueblo no podía ignorarse.
Igual que en 1978, ahora, en el 2012, el PRD, con Hipólito de
candidato, ganará las elecciones derrotando el miedo, el terror, el
dinero, los poderes del Estado y cualquier otra adversidad. Y no habrá
fuerza que pueda impedir que el PRD vuelva al poder.
25 de marzo 2012<br>