SANTO
DOMINGO.- El empresario Luis
Alvarez Rentaaclaró
que la lista de candidatos para posiblesindultosfue preparada por el
Comité Para el Mejoramiento de la Cárcel de Najayo, y no por ninguna persona en
particular, y apuntó que entre los
presos sugeridos se incluían 21 enfermos , incluyendo ocho casos de VIH-SIDA
activos, y un caso de tuberculosis crónica, y otros casos de enfermos terminales o graves,
incluyendo cáncer.
En una carta enviada desde un centro médico de Santo
Domingodonde se recupera de una
reciente cirugía, el financista respondió a una declaración pública del reverendo Fray
Arístides Richardson , presidente de la Comisión de Indultos, quien le atribuyó
la responsabilidad personal de haber sometido una lista de candidatos para
recibir el perdón presidencial, calificando la iniciativa como una acción
improcedente.
Explicó
que los expedientes sometidos a la Comisión de Indultos
fuerondebidamente apoyados con los
documentos de soporte a partir de cincocriterios básicos o razones para justificar cada decisión. Dijo que la
propuesta presentada fue producto de una ardualabor enla que participaron
seispersonas del Comité, a tiempo completo durante más de un mes.
Y agregó que “las listas se redactaron de manera transparente
y objetiva, con la mejor buena fe, y con la profunda convicción de que, además
del carácter humanitario de la aplicación de este poder presidencial, los
indultos también pueden convertirse en una herramienta para estimular la buena
conducta y el deseo de educarse y de superase de los reclusos, con el objetivo
de reintegrarlos de manera constructiva a la sociedad, lo cual debiera de ser
el objetivo final y fundamental del régimen penitenciario”.
Señaló que la lista
incluyó 385 candidatos, de los cuales se seleccionóun grupo de 63 reclusos con méritos
adicionales, y una lista aun mucho más reducida, de 15 internos de conducta
excepcional, para dar diferentes opciones de exclusividad a la Comisión de
Indultos.
Casos
excepcionales
“En esta última lista de reclusos excepcionales se
encuentran, como ejemplos, Obispo Advíncola Peguero, un interno que estudió
primaria, bachillerato y universidad dentro de la cárcel, se convirtió en
Pastor adventista, miembro del Consejo de esa iglesia, y quien actualmente
sirve en esa condición dentro de la cárcel, además de ser profesor en el
recinto. También se encuentra Sebastián Núñez, Director de una de las Escuelas
de formación vocacional; Miguel Álvarez Mora, quien estudió para paramédico y
se ha desempeñado en esa función dentro de la cárcel, veinticuatro horas al
día, durante siete años, salvando numerosas vidas; Rafael Encarnación Medina,
encargado del Departamento de Ebanistería donde se han formado numerosos
ebanistas, y gran colaborador de la iglesia católica”, indicó el financista.
“La lista de enfermos contenía veintiún 21 nombres,
incluyendo ocho casos de VIH-SIDA activos, y un caso de tuberculosis crónica,
todas ellas personas que representan un peligro de contagio para los demás, y
otros casos de enfermos terminales o graves, incluyendo cáncer, isquemias
cerebrales, e insuficiencia renal, ampliamente conocidos para los médicos del
recinto”.
Alvarez Renta dijo que “los indultos hasta ahora anunciados
no han sido debidamente explicados y parece increíble, si la información de
prensa es correcta, que solo puedan ser candidatos a indultos nueve personas de mas de tres mil que conviven en
Najayo, especialmente si se toma en cuenta que desde el año 2004 hasta la fecha
solo se han indultado en todo el país docepersonas”.
“El extremadamente limitado número de indultos recomendados
nos ha causado gran preocupación, ya que deja fuera, en primer término, al
grueso del listado de enfermos, incluyendo todos aquellos con enfermedades
contagiosas, y aceptando apenas dosde
los enfermos graves”, explicó.
Y agregó que “parecería ser que la Comisión de Indultos ha utilizado
criterios muy restrictivos, o quizás prejuiciados (por ejemplo, diferentes
miembros de la Comisión han hecho hincapié en la prensa de que los “banqueros”
no pueden ser sujeto de indultos, lo que representa en realidad un
discriminación injustificada ante criterios consistentes), que soslayadamente
pueden reflejar la tradicional idea represiva de que la cárcel es “un castigo”,
de que se debe “trancar y botar la llave”, y no la concepción moderna de los
indultos y del régimen penitenciario, respectivamente, como mecanismos y
sistemas para promover, estimular y lograr la buena conducta y rehabilitación
de los condenados, y su reinserción constructiva en sus comunidades y en las
fibras de la sociedad.
