El periodista Santiago Estrella Veloz denunció que su
esposa ha sido víctima de un engaño, luego de que un empresario al que describe
como “filantrópico” se negó a devolverle la mayor parte de un depósito por un
local que le alquilaría, negocio del cual desistió porque el dueño quería que
firmara un contrato “leonino”.
“Se trataba de un documento inadmisible”, dijo
Estrella Veloz, quien recomendó a su esposa no firmarlo.
El texto de las declaraciones del periodista Estrella
Veloz:
Los que me conocen saben que
no soy una persona acostumbrada a buscar peleas. Siempre he considerado mejor
un diálogo antes que un pleito. Pero ahora no puedo callar lo que sucede en mi
familia, por culpa de un empresario que
se las da de “filantrópico” pero que parece estar acostumbrado a cultivar el
hábito de la mala fe.
Ocurre que el 7
de diciembre pasado, mi esposa Altagracia Lora entregó como depósito la suma de
RD$85.500.00 a una empresa que dirige el señor Ramón Antonio Álvarez Contreras,
por concepto de depósito para el alquiler de un local de su propiedad situado
en la avenida Máximo Gómez con Nicolás de Obando. La idea era instalar un
pequeño negocio de venta y reparación de celulares que dirigiría mi hijo Julio.
Pero resulta que a la hora de examinar el contrato, nos dimos cuenta de que se
trataba de un documento inadmisible, por varias razones. En primer lugar, quien
elaboró el contrato puso como
“propietario” al señor Juan Rogelio Báez, mientras que mi esposa, que sería la dueña del negocio porque aportó
su dinero, figura como “garante” junto a mi hijo Julio. El contrato, además,
obligaría al arrendatario a pagar el ITEBIS al dueño del local, lo que podría causarnos problemas legales o
doble tributación. Pero el contrato también establece que en cualquier momento,
el dueño del local, puede reclamarlo sin compensación para el arrendatario.
Veamos solo una de cláusulas del leonino contrato que el señor Álvarez Conteras
quería que mi esposa firmara:
2.2.-LA SEGUNDA PARTE cubrirá los montos correspondientes al pago de ITBIS a
fin de pagarlos directamente
a la Administración Tributaria, así como cualquier otra retención que haya lugar de conformidad con la ley. Quedando claro y
específico que la suma indicada en el
párrafo 2.1 del presente artículo deberá ser entregada a LA PRIMERA PARTE
integra y libre de gravámenes presentes y futuros.
(El artículo 2.1 se refiere al alquiler)
La mala fe quedó también evidenciada en que a mi hijo
Julio le entregaron una copia del recibo de pago, no un original, algo de lo
cual no se percató. Pero, además, en lugar de consignar el pago total de los
RD$85.500.00, en la copia del recibo figuran solamente pagados RD$10.500.00
como “completivo” de la suma total, en lugar de la suma global. Esos
RD$10.500.00 fueron adicionados por el dueño del local porque después que se
acordó verbalmente que le renta mensual sería de RD$25.000.00, dijo que no, que
el pago sería de RD$28.500.00 mensual.
El consorcio de bancas Ramón Álvarez, que así se llama
el negocio del dueño del local, parece que está habituado a jugar con esos
detalles, no sabemos con cuáles fines, aunque tenemos algunas ideas al
respecto.
Independientemente, hubo que pagarle en efectivo, pues
no aceptan cheques.
Frente a esa situación, mi esposa desistió de firmar
el contrato y exigió la devolución de su dinero. El consorcio de bancas Ramón
Álvarez primero prometió devolver solo dos meses del depósito, cobrándose el
primer mes para “gastos legales”, aparte de que pidió “unos días” para devolver
el resto. La cuestión era ganar tiempo. El pasado viernes 3 de febrero, nos
salieron con el cuento de que solo devolverán el equivalente de un mes, pues ya
se venció el primer mes de “alquiler”,
por un local nunca recibido y que ya no nos interesa.
Finalmente, mi esposa se vio obligada a recibir apenas
RD$28.500.00 por considerar que entablar una demanda judicial, sería gastar en
abogados más dinero del que se ha perdido, aparte del tiempo que habría que
esperar para lograr un fallo definitivo sobre el caso.
No soy abogado, pero me parece que estamos frente a un
engaño disfrazado de legalidad, como si uno se robara el dinero para que otro
lo disfrute, sobre todo un empresario que bajo la careta de “cristiano” se
jacta de decir que realiza una obra “filantrópica”, cuando lo que hace es joder a los demás.
Sabrá Dios cuántas personas han firmado con ese señor
contratos del tipo señalado. En el país lo que más hay es gente que carece de
conocimientos sobre asuntos legales, pero que tampoco se asesoran con un
abogado antes de firmar un documento.
En resumen, mi esposa perdió RD$57.000.00, equivalentes
a más de ocho salarios mínimos, para
beneficio del empresario de bancas de apuestas. Mi esposa y yo tenemos 70 años
de edad cada uno y lo poco que poseemos lo hemos ganado con mucho esfuerzo,
después de trabajar toda una vida. Pero como el señor Álvarez Contreras es tan
“creyente”, esperamos que el Todopoderoso le cobre el dinero del cual fuimos
despojados. Ese no falla.
