San José, 13 dic (PL) Costa Rica terminará diciembre por segundo año
consecutivo con el mayor déficit fiscal -exceso de gastos sobre
ingresos, principalmente por impuestos- de América Central y República
Dominicana, refiere hoy el diario La Nación.
El Ministerio de Hacienda estima que el indicador representará cerca de
cinco por ciento de la producción, en tanto varios economistas
concuerdan en que este es el resultado más preocupante de la economía en
el 2011.
Costa Rica gastó en la etapa parte del margen que tiene para manejar el
problema fiscal y no hay tiempo para aportar soluciones fiscales de
fondo, opinó el coordinador del Programa Estado de La Nación, Miguel
Gutiérrez.
Sin estas soluciones, se tendrá que escoger de qué manera se
incrementará la pobreza y la desatención de la inversión pública: a
través del recorte de programas de inversión y combate a la pobreza, o
por medio de la inflación inducida por un gasto sin financiamiento,
explicó.
El presidente del Banco Central, Rodrigo Bolaños comentó que el déficit
de este año no presionó las tasas de interés porque la demanda de
crédito del sector privado fue poca.
Sin embargo, advirtió, "a Hacienda ya le está costando mantener el nivel de tasas".
Para el expresidente del Banco Central y exministro de Hacienda,
Francisco de Paula, queda aún para salir de la crisis y por eso, este
fue un año de transición.
El 2011 fue un año "de consolidar aspectos positivos que se lograron
como es el caso de la inflación, de crecimiento moderado, pero en un
mundo que crece poco, es un crecimiento satisfactorio, pero con
vulnerabilidades que tenemos que enfrentar", expresó.
La Nación añade que otro déficit preocupante es el existente en cuenta
corriente, el cual terminará también cerca del cinco por ciento de la
producción, menor al más alto de la última década, el nueve por ciento
obtenido en 2008.
Este déficit surge del exceso de importaciones de bienes y servicios
sobre las exportaciones y hasta ahora fue financiado con recursos de
inversión extranjera directa (por ejemplo, empresas foráneas que se
instalan en el país, compran locales o reinvierten), lo cual se
considera sano.
No obstante, a juicio del coordinador del Estado de la Nación, el país no debería gastar estos recursos de esta forma.
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