PUERTO PRÍNCIPE, dic (IPS/Haiti Grassroots Watch) – El
proyecto de 2,5 millones de dólares para llevar agua a barrios pobres de la
capital de Haití fue aprobado en 2006. Cinco años después, siguen viéndose
niños y niñas acarreando botellas y baldes por las calles.
El proyecto está casi listo. "A fines de octubre",
prometió el financiador. Es diciembre y no ha pasado nada. Aquí ya nadie cree
en las promesas.
Haiti Grassroots Watch (HGW) y estudiantes de la Facultad de
Ciencias Humanas de la Universidad del Estado, investigaron por qué no ha
llegado el agua en cinco años.
Pese a que se construyó un depósito de agua nuevo, cañerías
y más de una docena de fuentes, la población de los barrios pobres de Debussy y
Alto Turgeau todavía debe caminar horas para conseguir el recurso vital. En su
peregrinaje diario, adultos y niños, incluso de apenas cinco o seis años, pasan
frente a los secos puestos de distribución de agua.
Los actores
El financiador: La oficina de la UE en Haití y su Unidad
Técnica de Programas de Rehabilitación.
El Estad La Central Autónoma Metropolitana de Agua Potable
(Camep, por sus siglas en francés), actualmente llamada Dirección Nacional de
Agua Potable y Saneamiento (Dinepa, por sus siglas en francés).
Sociedad civil: La organización francesa Grupo de
Investigación y de Intercambios Tecnológicos (GRET, por sus siglas francesas),
que trabaja en cuestiones hídricas en Haití desde 1995.
Tercy, un estudiante universitario, vive en Georges, una de
las zonas miserables e informales de Turgeau, en una pequeña vivienda de
bloques de cemento que comparte con su hermana. Entre sus actividades diarias,
el joven, que no quiso dar su apellido, debe despertarse muy temprano para
buscar agua antes de ir a la facultad.
"Debo levantarme a las 5:35 de la mañana para ir a
buscar dos galones (más de siete litros) de agua", relató, secándose el
sudor del rostro. Solo después de la larga caminata puede bañarse y prepararse
para ir a clases.
Emmanuel Lima, con un balde lleno sobre la cabeza, habló del
proyecto incompleto. "Será una buena oportunidad para el barrio, pero
demoran demasiado en terminarlo".
"En este país quienes están en el poder son demasiado
negligentes. No se ocupan de las cosas realmente importantes. Solo quieren
enriquecerse", señaló indignado este hombre de 42 años.
Lima y Tercy son dos de cientos de miles de residentes de
Puerto Príncipe que deben recolectar el agua en baldes y a menudo pagar por
ella.
Dos tercios de la población del distrito capitalino debe
comprar agua. Solo 11 por ciento tienen grifos, según información de 2002 del
Instituto de Estadística y Procesamiento de Datos de Haití.
El regalo de la Unión Europa
La Unión Europea (UE) dio luz verde en 2006 a un proyecto
para llevar agua a Debussy y Turgeau, barrios densamente poblados, con unas
25.000 personas hacinadas en viviendas precarias, muchas ubicadas en barrancos
peligrosos.
Los principales elementos del proyecto eran construir un
nuevo depósito de agua y conexiones para 19 nuevos puestos de distribución de
agua.
La ejecución del plan es supervisada por tres entidades: la
UE, que lo financia, el Estado y una organización no gubernamental francesa
(ver recuadro).
El costo total de la iniciativa fue de 100 millones de
gourdes, equivalentes a 2,5 millones de dólares, informó Benoit Bazin, director
de la sección de infraestructura de la UE en Haití. Alrededor de un cuarto de
ese monto, unos 625.000 dólares, se destinaron al nuevo depósito.
Los restantes 1,8 millones de dólares fueron para restaurar
el tendido de cañerías, a cargo de dos empresas privadas, y para
"acompañamiento social", realizado por el no gubernamental Grupo de Investigación
y de Intercambios Tecnológicos (GRET por sus siglas en francés).
Maxo Saintil, un profesor que vive en Alto Turgeau, es uno
de quienes, más de cinco años atrás, comenzaron a reclamar al gobierno un
sistema de agua para aliviar el sufrimiento de la gente.
"La culminación del proyecto será una victoria para
nosotros, los iniciadores, y beneficiará a la población que aprovechará el
servicio", dijo a HGW.
Pero entre la aprobación del proyecto y el comienzo de los
trabajos pasaron tres años. Estos "comenzaron apenas en enero de
2009", recordó. Pero35 meses después siguen sin terminar por múltiples
causas.
Obstáculos
La Central Autónoma Metropolitana de Agua Potable (Camep,
por sus siglas francesas) no hizo un buen estudio inicial. Estaba "incompleto"
y debió rehacerse, explicó Robenson Jonas Léger, coordinador de la Unidad
Técnica de Programas de Rehabilitación de la UE.
Ese primer estudio recomendó un depósito de 1.200 metros
cúbicos. El costo de la investigación y geotécnica ascendió a poco más de 6.000
dólares.
Camep aprobó el estudio, pero luego cayó en cuenta que no
había previsto la posibilidad de un terremoto. El depósito propuesto debía,
entonces, tener una ubicación más elevada, y estar apoyado sobre soportes,
según Léger.
"Eso fue en 2007, bastante antes del terremoto del 12
de enero de 2010", recordó Léger en su respuesta por correo electrónico a
HGW.
El segundo estudio costó el equivalente a 8.500 dólares y
quedó terminado el 19 de marzo de 2008, dos años después de la aprobación del
proyecto.
Este recomendó reducir la capacidad del depósito, de 1.200 a
900 metros cúbicos para "ajustarse al presupuesto disponible", indicó
Léger. Además propuso que fuera ubicado sobre el terreno, lo que es más caro.
La empresa Tecina suscribió un contrato para diseñar y
construir el depósito por algo más de 600.000 dólares, o un cuarto del
presupuesto total. Pero las obras no comenzaron de inmediato.
"El trabajo se inició un año después de suscrito el
contrato", en marzo de 2009, recordó el trabajador social de GRET, Jean
Ledu Annacacis. Nueve meses más tarde, en diciembre, según Léger, la obra
estaba terminada.
Pero el agua sigue sin correr.
* Este es el primero de dos artículos sobre la distribución
de agua a los barrios más pobres de Puerto Príncipe. * Haiti Grassroots Watch
está asociada a AlterPresse, la Sociedad de Animación de Comunicación Social
(SAKS), la Red de Presentadoras de Radios Comunitarias (Refraka) y emisoras de
la Asociación de Medios Comunitarios de Haití.(FIN/2011)