“¡Llegó Papá!” no es resultado de un estudio sociológico realizado por expertos extranjeros en marketing político.
“¡Llegó Papá!” no lo creó ningún organismo del Partido Revolucionario Dominicano, ni “el chileno” amigo de Peña Gómez, ni los españoles, ni Ana María. ¡Ni yo!
“¡Llegó Papá!” surgió de las entrañas del pueblo cuando Hipólito Mejía estaba atrapado por “el dos por ciento y nunca jamás”. (La Constitución de la República le impedía ser candidato otra vez)
Durante el carnaval de la Vega un grupo de parroquianos comenzó a gritar: “¡Llegó Papá!”, “¡Llegó Papá!”. El ex presidente de la República se acercaba a la tarima de la Z-101, la más importante estación de radio del país. Cuando Willy Rodríguez director de la Z y animador por excelencia del carnaval, escuchó el grito popular de “¡Llegó Papá!”, lo repitió junto con la gente, lo que permitió su masificación. Desde entonces “¡Llegó Papá!” es sinónimo de Hipólito. Y viceversa.
“¡Llegó Papá!” nació espontáneamente como consecuencia de la orfandad en que se encuentra el pueblo fruto de las promesas incumplidas por el gobierno perverso y corrupto que ha dilapidado miles de millones de pesos.
“¡Llegó Papá!” es resultado del abandono en que el gobierno de Danilo Medina y el PLD dejaron al pueblo durante casi ocho años. Ellos olvidaron a los humildes. Solo pensaron en su progreso, mientras la gente se empobrecía y moría en los violentos barrios populares donde el narcotráfico y el crimen gobiernan.
“¡Llegó Papá!” es un grito de esperanza popular. Es un intento por renovar la fe en la política y en un político que se llama Hipólito Mejía. “¡Llegó Papá!” es igual a cambio. La gente está harta de Leonel, de Danilo y de todo lo que huela a PLD.
Los estrategas brasileños, colombianos, norteamericanos y dominicanos contratados por el gobierno no han logrado “pegar” una frase, ni una consigna de su candidato Danilo Medina. Esos mismos señores no saben cómo desmontar a Papá de la cima popular.
En vano intentan desacreditarlo diciendo que es “El candidato sin nombre”. “El hombre del apodo”, “el candidato sin cara”, “el hombre sin rostro”. “¡Que diga que se llama Hipólito!”, le exigen. “¿Qué Papá, ni Papá? ¡Que diga su nombre!”.
Sin embargo la gente sigue gritando en todas partes, “¡Llegó Papá!”. En los mercados, “¡Llegó Papá!”; en los vehículos públicos, “¡Llegó Papá!”; en las escuelas y universidades, “¡Llegó Papá!”; en los estadios y centros de diversión, “¡Llegó Papá!”; en las fiestas patronales de los pueblos, “¡Llegó Papá!”. El pueblo, arquitecto de su destino, ha decidido votar por “Papá Hipólito. Mientras los dirigentes del PLD y los funcionarios del gobierno insistan en criticar el “¡Llegó Papá!”, más raíces populares alcanzará.
Contra “¡Llegó Papá!” no se puede hacer nada. Solo dejar que siga corriendo como una bola de nieve. Es un esfuerzo inútil continuar atacando y acabando con Hipólito por “¡Llegó Papá!”. Esa es la consigna de la campaña, está súper pegada.
“¡Llegó Papá!”, ¡y para el Palacio va!, no importa que Leonel, exponiéndose a un sometimiento judicial, invierta 40 o 50 mil millones de pesos del Presupuesto Nacional a favor del candidato oficialista.
“¡Llegó Papá!”. ¡Y al que le pique, que se rasque!
