Gibson aceptó las cláusulas del acuerdo propuesto por la Fiscalía y dictado por la jueza para evitar un proceso penal, porque el rechazo le llevaría a un juicio penal con un alto riesgo de ser condenado a una sentencia de cárcel.
La obligación más significativa y duradera de todas las que se imponen al actor y director es un curso de orientación psicológica de 52 semanas, lo que equivale a un año completo. Los tratamientos le permitirán controlar sus ataques de ira que últimamente se han dirigido a su expareja. El fallo no impide al cineasta visitar periódicamente a su hija.
Gibson confesó que abofeteó a su pareja en una sola ocasión porque gritaba sin parar durante una fuerte discusión. Lo hizo para evitar que la mujer, que según su criterio estaba histérica, le hiciese daño a la pequeña empujándola. Este hecho, que ha tenido las citadas consecuencias judiciales para el artista de cine, tuvo lugar en su residencia de Malibú, en enero de 2010.
La ruptura definitiva entre Gibson y Grigórieva sucedió pocos meses después, en abril del mismo año, después de que el conflicto fuese llevado ante los tribunales. Ella sostiene que el famoso actor la golpeó por lo menos en dos ocasiones, hasta el punto de arrancarle los dientes.
Conforme a la defensa de Oksana, que personalmente no asistió a la última audiencia, a partir de ahora ella se centrará en la educación de su hija y reanudará sus actividades de caridad en favor de los hijos de Chernóbyl.
Además de Lucía, tiene un hijo, Alexander, cuyo padre es el conocido actor británico Timothy Dalton