La polémica actriz, que comenzó a cumplir su condena el pasado martes cuando ingresó en la prisión de Lynwood, California, ha roto a llorar, gritando a los carceleros y obligándoles a separarla de las demás internas.
"Ella está con las asesinas y sólo la han dejado salir al patio por una hora larga. Durante ese tiempo se escondió debajo de una mesa", desveló Cheryl Presser, que acaba de ser puesta en libertad, al periódico británico Daily Mirror.
"El viernes la encerraron bajo llave mientras muchas de nosotras tuvimos dos horas para ir al patio o a la sala de televisión", añadió la ex presidiaria. "Tuvo un ataque de histeria, llorando y chillando, así que la pusieron en un módulo de aislamiento".