La obra fue presentada por los escritores Ofelia Berrido y Rafael Peralta Romero, quienes elevaron juicios de valor sobre la publicación desde diferentes perspectivas.
El autor oriundo de Miches, donde vive actualmente, se dedica también a la gestión cultural a través del proyecto Artemiches. Es, además, miembro dirigente del Ateneo Insular y miembro colaborador de la Academia Dominicana de la Lengua, rango que le ha sido otorgado "en atención a sus méritos lingüísticos y literarios, su labor de promoción a favor del desarrollo cultural y su aporte creativo a través de la palabra".
En cuanto al objetivo de su obra literaria el señor Candelaria dijo: "Remenear. Conmover al lector es mi meta. No apabullándolo con metáforas excelsas ni alegóricas sublimidades, sino descarnándole cotidianas realidades que muchas veces pasamos por alto (o nos hacen pasar por alto) para aumentar la desgracia de este ya trastornado mundo".
Además el autor expresó: "El libro ha sido elaborado pensando en todos los segmentos de la sociedad, pues cuando pensamos sobre un tema en particular, las conclusiones a que lleguemos sobre él nos pueden servir para su aplicación a las más variadas situaciones y a la mayor diversidad de personas". "De todas formas, yo creo que obras como esta deben hacerse llegar a la mayor cantidad posible de seres humanos en formación (entiéndase estudiantes) para que puedan tener un marco de referencia cuando se encuentren ante las primeras encrucijadas éticas y morales que les presente la vida" agregó.
Sélvido Candelaria ha publicado ya dos novelas (El testaferro y El reino de Santa Cruz); dos libros de cuentos (Miserias y Cuentos de salitre y sol); un libro de anécdotas pueblerinas (Americano no me mate); un relato infantil (El caballero Geremy) un poemario (Llanto seco) y dos opúsculos de décimas (Política para reír y Hogar Crea en décimas).