"Nunca me gustaron las historias en las que la gente dice que soy maleducada o me comporto como una diva, ni que digan que exijo muchas cosas", declaró la cantante al diario New York Daily News.
Sin embargo, poco puede hacer Jennifer para acallar las habladurías, sino tomárselas lo mejor que pueda: "Se han convertido en una parte tan fuerte de mi imagen que ya no las puedo controlar. Tienes que mantener el sentido del humor".
Por ello, cuando conoce gente intenta comportarse de la forma más natural posible para no alimentar esas historias de diva: "Cuando la gente me conoce puede ver lo que soy, y eso lucha contra lo negativo. Ven qué tipo de persona soy, que soy normal y me río".
La cantante ha desvelado que, a la hora de vestir, se acuerda de las drag queens que la imitan en sus espectáculos, e intenta elegir trajes que les puedan quedar bien; aunque también les recomienda que "estudien bien el papel".
Aunque el calificativo de "Diva" no corresponde a la imagen de mujer sencilla y con sentido del humor de Jennifer López, cuando se trata de ser madre, la cantante no conoce los límites.
La actriz y cantante despidió hace unos días a una de las niñeras de Max y Emme, con años de experiencia y excelentes referencias en el mundo de los famosos, después de escucharla hablar mal de su retoño.
Y es que según el portal especializado en espectáculos Vida de Celebridad, la mujer estaba al celular y fue sorprendida por Jennifer cuando le decía a alguien que "Max es un llorón" y que no le dejó descansar en todo el día.
Estas palabras calentaron los ánimos de la actriz, quien no encontró mejor solución al problema que poner a su niñera de patitas en la calle.