Sin embargo, los hombres, quedan prisioneros de su propio machismo, y no se atreven casi a comentar con nadie las dudas que tienen acerca de su sexualidad.
Cuando los varones pasan por su crisis de la mediana edad, padecen sus cambios fisiológicos y psicológicos, calladitos, sin preguntar nada y sufren innecesariamente.
Entre los 45-55 años, los hombres pueden comenzar a experimentar la andropausia o climaterio masculino.
Mientras envejecen, pueden producir menos andrógenos, que son las hormonas masculinas, de las cuales se deriva también la testosterona, tan importante para la actividad sexual. Esta reducción hormonal, ocurre a lo largo de un período de 10 años y se puede diagnosticar por un simple análisis de sangre. En dado caso que se detecte un desbalance hormonal, el tratamiento es simple, y si va acompañado, de algunos cambios sencillos en el estilo de vida masculino, el tratamiento será más eficaz.
No todos los hombre pasan por la andropausia; solo un 30-40% experimenta cambios en los niveles de testosterona. De todos modos, les sugiero hacer el ejercicio mental, de que usted amigo lector, puede ser uno de esos 4 hombres de cada 10 que pueden padecer andropausia; así tomara las medidas pertinentes y podrá manejar mejor su nueva situación bio psico social.
También puede aparecer una reducción de la libido (pulsión sexual), dificultad para lograr o mantener la erección, reducción de las erecciones matutinas, atrofia testicular, aumento en la frecuencia de orinar, o palpitaciones en el corazón.
Entre los efectos psicológicos de esta etapa vital se incluyen; la depresión, tensión, ansiedad, sentirse inadecuado en el trabajo. También, algunos hombres se vuelven muy críticos, convirtiéndose en un "hombre gruñón".
Otros varones, se vuelven más "andróginos", más apaciblemente seductores, más interesado en la intimidad sexual.
La versión negativa de este efecto, da lugar al "pelón del convertible rojo", que intenta retener la juventud que se va.
Son aquellos hombres que comienzan a tener encuentros amorosos con jóvenes veinteañeras, que terminan sus matrimonios, o se buscan una nueva esposa tipo trofeo, para presumir.
Todas estas conductas, son el resultado del manejo inadecuado de un proceso biológico y psicológico, natural e inexorable.
Una vez más, le vamos a sugerir que compartan sus experiencias con su familia, sus amigos cercanos o infórmese.
No tenga vergüenza, hable con su doctor, pida un análisis de sangre para conocer su nivel de testosterona. El doctor sabrá si es necesario comenzar una terapia de reemplazo de testosterona; ésta podría hacerse con una crema corporal, un gel, un parche, una píldora o una inyección.
Practique regularmente ejercicios aeróbicos: caminata, trote o bicicleta. Reduzca el consumo de bebidas alcohólicas, deje de fumar, coma sano, disminuya las grasas, los azúcares…y habrá galán para rato.