Las células corporales que han envejecido están permanentemente muriendo y se eliminan naturalmente, quedando depositadas junto a las impurezas, sobre la epidermis. Éstas producen descamación y si no son desechadas impiden la buena regeneración de la epidermis y la penetración de los productos que se puedan aplicar sobre la piel.
LA PIEL DEL CUERPO:
Los fenómenos que determinan los procesos de deterioro y envejecimiento de las células cutáneas, en las zonas menos expuestas a la acción de los agentes externos, se manifiestan en alteraciones de la estructura de la piel, que son fundamentalmente distintas a las que se verifican en las zonas cutáneas más expuestas como, por ejemplo, las zonas del rostro y cuello.
La piel del cuerpo sufre un proceso de envejecimiento totalmente distinto, no llega a arrugarse pero sí a tener menos elasticidad, se aja y pierde plasticidad, tiende progresivamente a relajarse haciéndose menos lisa y suave y, con el paso del tiempo, aparecen zonas de hiperpigmentación superficial en forma de manchas.
En las pieles más jóvenes la constante regeneración celular produce descamación y sequedad que se acumula sobre la piel y es necesario fomentar un proceso de eliminar.
El ser humano ha recurrido, a lo largo de la historia, a todo tipo de métodos y productos para conseguir una piel más suave y más fina. Conscientes de esta necesidad, los laboratorios de cosmética han centrado su investigación en conseguir productos corporales más efectivos y confortables cada vez, para limpiar y tonificar el cuerpo. El resultado han sido las cremas y geles exfoliantes, que están a tanta distancia del primitivo método de frotamiento con piedra pómez como puede estarlo un computador de un ábaco.
PARA UN EXFOLIACIÓN ADECUADA:
A menudo se habla de la importancia de la exfoliación para eliminar las células muertas y así tener una piel más saludable, pero ¿conoces qué utensilios debes retener para lograr la exfoliación adecuada?
Debes saber que es lo más importante es que estén confeccionadas en materiales naturales. El principio de usarlas es para lograr la activación del riego sanguíneo mediante la fricción y, que de acuerdo a lo grueso del grano o el grosor de las cerdas, se ejerce ficción y se remueve la capa córnea de la superficie de la piel que es donde están las células muertas. Además, se activa la producción de aceites naturales de la piel.
El cepillo: Lo ideal es que sea de cerdas naturales. Normalmente son de crin de caballo. Evita los que son de materiales artificiales o plásticos. Se supone que en una piel normal se use diariamente sobre la piel seca antes del baño. Dedica por lo menos cinco minutos para pasarlo en movimientos ascendentes desde el pie hacia el cuello, desde la mano hacia el hombro y en el abdomen en movimiento circulares.
Guante: Se usa como herramienta para aplicar gelatina de baño o jabón. Opta por los hechos de "loofah" porque son más suaves. Ésta es la herramienta de exfoliación casera más recomendable para las pieles sensibles. No olvide pasarlo haciendo suaves movimientos circulares.
Esponja: Esta es la exfoliación más liviana y suave. Un excelente método para estimular la circulación sanguínea diariamente. Selecciona una hecha en fibras naturales y utilízala siempre mojada.
