Nuestro Juan Luis Guerra compuso “Ojalá que llueve café”, uno de sus éxitos más conocidos a nivel mundial, con el propósito de llamar la atención sobre las condiciones de vida del pueblo dominicano, ¿cuándo se le pondrá atención a este justo reclamo de este gran dominicano?
Nos preguntamos, ¿cuándo nuestra Quisqueya verá por lo menos una pequeña llovizna de soluciones?, nos han prometido “diluvios”, elaboran proyectos con el fin inyectar las nubes, planes para elevar plegarias al Todopoderoso y siempre todo termina en lo mismo: en una sequía prolongada que agrieta cada día más las esperanzas de nuestras familias, secan las ilusiones de un mejor futuro y nos amenaza de muerte.
Lo que nos sorprende, es que aunque en el 90% de la República Dominicana, hace mucho que no “llueven” soluciones, algunas personas tienen sus “nubes” particulares, las cuales se nutren de la “evaporación” continua del dinero de los bolsillos de los dominicanos pobres y de clase media, “nubes negras” cargadas de los privilegios que se autoasignan funcionarios gubernamentales y de los caprichos desmedidos de quien nos desgobierna.
No es justo ver a los policías y militares cobrando míseros sueldos, a las escuelas exhibiendo un alto grado de deterioro, hospitales carentes de la mayoría de los insumos, al campesino y al productor agropecuario sumido en el total abandono de parte de las autoridades, mientras observamos funcionarios del gobierno percibiendo hasta un millón de pesos mensuales de sueldo. Aunque para el país el cielo este despejado, ellos no necesitan esperar que "llueva" para empaparse, ya que en sus mansiones se "duchan" con el dinero de los contribuyentes mientras la mayoría de los dominicanos y dominicanas se cae a pedazos.
En el actual período de gobierno la “lluvia” no ha beneficiado al pueblo y en el anterior ni siquiera se nubló, pero lo grave es, observando el panorama hacia las próximas elecciones, que la "sequía" aparentemente continuará por un prolongado período. Sólo le queda al pueblo escalar la cumbre más alta, subir al "pico" de la paciencia y la perseverancia, y esperar poder divisar en el horizonte "nubes" cargadas soluciones, para que se pueda cumplir lo que nuestro cantautor exclama cuando canta “Ojalá que llueva café en el campo”.
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