SANTO DOMINGO.-La escena estaba ahí, y se divisaba en un escenario con un concepto escenográfo sencillo pero espectacular. Carlos Verela y Pavel Núñez estaban allí y ofrecían su mejor concierto. Dos tarimas, dos bandas plantada en escena, dos países que entregarían lo mejor de su música, y dos artistas que se admiran y decidieron unir sus versos, sus penas, sus recuerdos y sus heridas de amor para desarrollar un concierto donde atraparan por casi tres horas a un grupos de bohemio que decidió ir a verlos la noche del sábado el Teatro Nacional.
Uno vestido de blanco, esa era Pavel Núñez y sus músicos, el otro, Carlos Varela y sus músicos vestidos de negro, iniciaron una velada donde no faltaron los elogios, sus mejores temas y los más prolongados aplausos.
Estaban separado por una línea divisora entre una tarima y la otra, mientras Pavel y sus músicos interpretaban un temas, Varela y los suyos observaban atentamente, y viceversa, cosa que le dio un toque de originalidad a este concierto que aunque no tuvo el publico que se esperaba ambos artistas dieron lo mejor de si para provocar que aunque el reloj marcaba las 11:15 de la noche el los presentes pedías otra y otra.
Varela entregó un poco de su historia, en sus canciones no faltaron las frases de
libertad, muros que se construyen, ángeles, gente que se queda y se va, retrato de familia, y la agonía que existe cuando la distancia separaba a los que se quieren.
Con una banda de cuatro músicos, y su diminuta figura, el artista cubano que exhibe una imagen de rebeldía, dio las gracias a los dominicanos por seguir abriéndole las puertas de este país, también habló del talento de su colega Pavel y lo elogió el interpretar un tema suyo.
Carlos Varela supo mucho, trajo un repertorio que dejó a todos complacidos. Allí no faltaron "Robinson", "Siete", "Como un ángel", "Cuando los mapas cambian", "Fotos de familia", "Una palabra", "Mil mentiras sobre la verdad", "Nubes", y "Grafitti de amor", temas este que dijo le debe su pegada a los dominicanos.
Pavel habló de lo mucho que admira a Varela y de lo contento que estaba por tenerlo ahí como invitado, y en cada ocasión se dirigía a él.
El músico criollo estaba contento y esa alegría se le escapaba por todo el cuerpo, pues en todo momento se movía, pedía aplausos y hasta interpretada en silencio cada tema que Varela a su lado iba cantando a alta voz.
Fueron varias entradas al escenario. El primero en arrancar lo que parecía una pelea (por eso de las dos tarimas en el escenario), fue Varela, interpretó cuatro temas, y su público entre ellos unos amigos cubanos que vinieron de Miami a verle cantar, lo disfrutaron a plenitud. Luego Pavel interpretó los suyos y también se llevó fuertes aplausos de sus seguidores que le gritaban desde sus asientos.
Más adelante se sentaron ambos con guitarra en manos e interpretaron varios temas, y hubo momentos en que unieron sus voces como en "Se murió Martín", Pavel seleccionó su carpeta y trajo en ella "Te di", "Viene ente", "fantasmas", "La muerte de Martín", "Paso a paso", entre otros. Pero el final unió en escena además de Varela y Pavel, ha el salsero Luís Enrique y al dominicano José Antonio Rodríguez quienes interpretaron "La política no cabe en la azucarera". Más tarde la gente pidió otra, y Pavel y Varela lo complacieron cuando llegaba las 11:25 de la noche.