Siempre he tenido la percepción de que los dominicanos hablamos y opinamos de todo porque nadie medianamente bien enterado nos pone en nuestro sitio.
Somos especilistas en todo, conoemos de lo que existe y de lo que no se inventado, sin dejar de lado la polítca, que es nuestro fuerte, y la forma de dirigir los destinos nacionales.
Por eso en cada equina, en cda parque, en cada colmadón, basicamente después de dos o tres bien frias, aunque ahora bastante caras, escuchamos la solución a todos nuestros grandes males, y las más increible interpretaciones a nuestros acontecimientos historicos, porque somos expdertos no solamente en el "descubrimiento y conquista", sino en lazos familiares por eso escuché a un dis quew reputado intelectual decir en su programa de televisión que Mencia era la hija que habia te-nido el Almirante con Anacaona, y ese es de los que dá pelas de lenguas por cualquier cosa.
Ahora un genio ha descubierto que el Metro de Santo Domingo puede tener problemas si nos viene un temblor de tierra, si se va a la luzs, los miles de millones anuales que se van a gastar, el costo final de la obra, y toda la majaderia de la que ya uno está harto.Nadie ha podido por lo menos tener la sensatez de escribir o decir lo que debemos hacer con los trabajos realizados, el dinero invertido, los miles de dominicanos que se ganan la vida directa e indirectamente en esa obra, y lo que es mejor como sacarle al Presidente de su cabeza su obra cumbre por lo menos en el presente cua-trenio porque si logra quedarse en el poder se dice que el país será llenado ya no de Metros sino de ferrocarriles que teniamos allás por lo años l800 y que nadie sabe las razones para descontinua-rlo aunque muchos sabemos donde fueron a parar los dineros por las venta de los mismos.
Pero nada somos un país de genios, de por lo tanto nos podemos dar el lujo de hablar y saber absolutamente de todo.