En un allanamiento realizado por en un prostíbulo del barrio de Once, la Justicia rescató a ocho mujeres dominicanas que habían llegado al país engañadas con la promesa de trabajar de camareras pero que eran esclavizadas y obligadas a prostituirse. El caso se descubrió gracias a que una de las ocho "esclavas" tuvo que ser internada por un problema cardíaco y le contó a los médicos del Hospital de Clínicas su odisea. Los médicos hicieron la denuncia.
La investigación fue encabezada por la fiscal Marcela Sánchez. El allanamiento se realizó en el 7º piso de Uriburu 578, reporta el Clarín.com.
Un hombre, también dominicano, fue detenido en el lugar y acusado de "reducción a la servidumbre", delito que prevé una pena de entre 3 y 15 años de prisión. Sin embargo, el imputado fue excarcelado. Su defensa consistió en decir que sólo repartía volantes y que no tenía otra actividad relacionada con la explotación de la prostitución. La fiscalía apeló la decisión con el argumento de que había indicios de una participación más importante que la alegada por el acusado y ahora será la Cámara del Crimen porteño quien defina su situación.
La fiscal determinó, con el testimonio de tres de las mujeres esclavizadas, que, ni bien llegaban a Ezeiza, la organización que las traía les decía que por haberles conseguido el pasaporte y el viaje les debían entre 13.000 y 15.000 pesos, una deuda que debían saldar ejerciendo la prostitución.
Las víctimas son chicas de entre 18 y 24 años que por día atendían entre 10 y 15 clientes.
Voceros judiciales consultados por la agencia Télam indicaron que aún no se logró detener a la mujer dominicana que organizaba el prostíbulo y además era la encargada de viajar a su país y traer engañadas a las chicas.
La fiscalía cree que esta mujer, a la que llaman "Wendy" y que es hermana del hombre detenido en el prostíbulo, está en República Dominicana reclutando y engañando a más jóvenes.