WASHINGTON – El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, aseguró este miércoles que colaborará con el Congreso para lograr la aprobación de una reforma migratoria amplia que no sólo permita la entrada ordenada de trabajadores extranjeros, sino que además brinde una solución a los millones de indocumentados que viven en el país. Durante el desarrollo de su primera rueda de prensa del año 2007 en la Casa Blanca, el mandatario sostuvo que la inmigración representa una "oportunidad interesante" para alcanzar acuerdos con el nuevo Congreso, dominado por los demócratas tras los comicios de medio tiempo del pasado 7 de noviembre.
Bush dijo que Estados Unidos necesita aumentar la vigilancia en las fronteras, pero al mismo tiempo requiere un programa de trabajadores temporales que elimine la necesidad de entrar de forma indocumentada al país y establezca un flujo "ordenado".
Ese sistema "eliminaría la presión sobre la Patrulla Fronteriza" (Border Patrol), para que en lugar de perseguir a personas que quieren hacer trabajos que no les interesan a los estadounidenses, los agentes se concentren en buscar a terroristas y criminales, "lo que hará seguros a ambos países, a México y Estados Unidos", indicó.
El plan temporal
En enero de 2004 Bush planteó al Congreso un programa de trabajadores temporales que incluye la creación de una nueva visa de empleo válida por dos años renovable dos veces.
Al término del último plazo, el trabajador y su familia inmediata (cónyuge e hijos solteros menores de 21 años) deben irse de Estados Unidos y gestionar un nuevo permiso.
El plan iba a favorecer a unos 3 millones de trabajadores indocumentados, pero fue rechazado por organizaciones nacionales de apoyo a los inmigrantes porque no permitía legalizar a los 12 millones de ilegales que viven en Estados Unidos.