Dicen que entre los políticos de la República Dominicana existe un denominador común: una urticante pasión por la mentira. De esa realidad no escapan, y lo ponen de manifiesto con torpeza, un grupo de funcionarios del presente gobierno, que como un metodo poco efectivo y convincente de chantaje, han enarbolado, a fin de justificar su propia reelección en el cargo que obstentan en Estado, que las próximas elecciones solo se ganan con el presidente Leonel Fernández. Esta aseveración poco feliz, contradictoria con los resultados del último torneo electoral de medio término y con lo que han mostrado los sondeos de opinión electoral realizados recientemente, quieren colocarla en psiquis de los miembros del Partido de la Liberación Dominicana como un “cuco” , para imponer asi una reelección que podria convertirse en un cercano 2012 en la sepultura de esa organización política.
Los resultados de las elecciones congresionales y municipales del pasado 16 de mayo desmienten de forma categórica esa falacia, que contrario a favorecer perjudica. Analistas de oído aseguran que el exitoso desempeño del PLD en esos comicios se debió a la incursión de Fernández en esa campaña, ignorando, a drede, que en el 1998 ( y también en el 2002) el ejecutivo se entregó por igual en cuerpo y alma a las labores proselitistas de su partido y el resultado fue poco más que desastroso.
Cabe preguntar: ?hay alguna diferencia entre el Leonel Fernández de 1998 y el de 2006?, desde luego que no, en ambos momentos la aceptación del mandatario rondaba el 50 por ciento, de modo que, el aspecto diferenciado en esas dos campañas electorales es la condición en que se encontraba la plataforma política que sustentaba las candidaturas, o sea, el PLD. En el 98 el partido morado era una organización de 33 mil miembros, mientras que en el pasado proceso comicial la matricula subió a un millón 200 mil militantes.
Inteligentemente, en las elecciones de 2006, la dirigencia del PLD sustento la campaña electoral, no en las cualidades personales de los candidatos, sino en las bondades de la organización, cuya intención de voto se mantiene entre 45 y 50 por ciento, lo que posibilitó que dirigentes considerados “muertos políticos” pudieran alzarse con la victoria frente a sus contendores de la Alianza Rosada.
Además de ser una burda mentira, plantear que solo con el presidente Fernández se ganan las elecciones de 2008, es hacerle un daño terrible al PLD, es pretender hacer una regresion al pasado y convertir nuevamente a esa organización en una formación política del culto a la personalidad, de lideres mesiánicos y caudillezco, es desandar sus pasos e ignorar la dialéctica de los cambios progresivos que se han verificado en ese partido luego del retiro y la desaparición física de su líder y fundador, el profesor Juan Bosch.
Pero lo que mejor niega tal falaz aseveración, son los resultados de los sondeos electorales realizados en el país en los últimos dos años. En las elecciones presidenciales de 2006, el presidente Fernández obtuvo el 57 por ciento de los votos validos emitidos, de los cuales el PLD consiguió el 49 por ciento, y los partidos aliados aportaron el 8 por ciento restante.
De acuerdo a la encuesta Gallup-Hoy, publicada a principio de este mes, si las elecciones fueran ahora, Fernández obtendría el 35 por ciento de los votos, o sea 22 por ciento menos que en los comicios de 2004, mientras que el PLD conserva un sólido 46 por ciento, o sea, solo un tres por ciento menos . Es claro entonces, que con quien se gana no es con el mandatario, sino con el partido morado, que es el instrumento político que debe ser preservado , cuidarlo como a una quinceañera, como única garantia de triunfo.
Pero además, la aceptación del mandatario en su función ejecutiva ha pasado de tener una valoración de mas de 60 por ciento, a sólo 40 por ciento, la más baja que ha tenido durante sus dos mandatos, lo que niega nuevamente la falacia propalada por los funcionarios que buscan su propia reelección, de que sólo se gana con el presidente Fernández.
A esa realidad científica se suma, que la reelección presidencial, la de cualquier mandatario, por simpático o carismático que sea, o que parezca, es la cosa que más unifica a opositores y sectores sociales diversos, lo que significa, que lejos de ser un “fly al catcher”, la repostulación de Fernández pondrá al PLD a competir y a combatir frente a toda la sociedad, tal y como ocurrió con el ex presidente Hipólito Mejía.
El afán de reelegirse en sus cargos, o la amistad con el mandatario, ha obnubilado la mente y le ha cercenado la capacidad de análisis de muchos dirigentes del PLD, a unos se le presumía mayor nivel político y a otros menos interés por el bienestar material. sueñan o mienten deliberadamente los que enarbolan desde el Gobierno que la reelección es el camino mas fácil para seguir en el poder, pero además, vista la realidad numérica, ?qué otra cosa justifica el continuismo, que no sea la ambicion? lonimaca@hotmail.
