BOSTON.-Es de creer que con mucho asombro y sorpresa, pero también con rabia e indignación, leí la nota en la que nuestra compañera Guillermina Santos informa de la cancelación del colega Adolfo Salomón, quién laboró por varios años para el noticiero Mundo Visión que se transmite por Color Visión, por una supuesta falta de respeto al cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez.
En todo esto, el asombro y la sorpresa no la producen la figura del prelado católico, de quién conozco bien, por los muchos años dedicados al ejercicio de mi carrera en la República Dominicana, sobre todo desde la otrora y combativa Radio Mil Informando.
Muchas veces me correspondió preguntar a López Rodríguez sobre cualquier tema de la actualidad nacional, y les aseguro que de ese señor siempre hay que esperar un ataque de ira si el cuestionamiento no le cae bien. Sí, porque él si se cree en el derecho de opinar de todo, como le de la gana y contra todo lo que no sea de su gusto y preferencia.
La sorpresa y asombro es porque una planta televisora como Color Visión, de tanto prestigio y arraizada en el gusto de los dominicanos, haya cedido a ese tipo de presión y chantaje, solo comparables con las épocas de mayor represión e intolerancia que ha sufrido la sociedad dominicana: la tiranía de Trujillo y el balaguerismo de los años 1966-1978.
Es que nuestra democracia no avanza, pues yo creía superada la etapa en que funcionarios, sin importar su ubicación civil o militar, tramitaran castigo contra periodistas cuyo único delito es ejercer una profesión catalogada como ¿ EL CUARTO PODER?, que trata de garantizar el equilibrio en el ejercicio del poder en una sociedad democrática, como la que se supone tiene nuestro país, lograda con la sangre derramada de muchos dominicanos.
Que me perdone el cardenal, López Rodríguez, pero no tiene razón; que me perdone el secretario de las Fuerzas Armadas, teniente general Ramón Aquino García, a quien el cargo no le da derecho a escribir cartas pidiendo amonestaciones para ningún comunicador. Creo que el alto jefe militar se excedió y puso en entre dicho el carácter democrático, apolítico y de obediencia al poder civil de nuestras fuerzas armadas. Ademas, ¿ese es el carácter democrático del presente gobierno?.
No cabe duda que la homosexualidad es una realidad insoslayable que, al margen de las causas que la producen o generan, esta presente y creciendo en la sociedad de hoy. López Rodríguez, si puede hablar de los homosexuales al interior de las fuerzas armadas pero a él no se le puede cuestionar sobre los que existen en la iglesia católica, sacudida en los últimos años por cientos de denuncias sobre homosexualidad y violaciones. No, por favor, que clase de intolerancia es esa cardenal.
Conozco al director de noticiero Mundo Visión, Daniel Javier Santana, a quien considero mi amigo a pesar del tiempo de no vernos y la distancia que nos separa pero me cuesta creer que se haya prestado a hacerle el juego al secretario de las fuerzas armadas, tramitando hacia la administración de Color Visión la carta de marras.
Personalmente, no conozco ni he tratado de cerca al colega Adolfo Salomón pero para él va mi reconocimiento como profesional y mi solidaridad, en rechazo a la actitud del cardenal y del jefe militar, que lejos de engrandecerlos manchan sus respectivas hojas de servicio en la sociedad dominicana. NO LA INTOLERANCIA.
