Durante más de 20 años un fantasma de ilegalidad, clientelismo, autoritarismo y falta de transparencia se ha anidado en las estructuras de gobierno universitario con la hambrienta voracidad de destruir y hacer colapsar las estructuras académica y administrativa de la UASD. El siniestro fantasma ha acudido a las campañas electorales con poses de bonachón pletórico de dádivas y promesas incandescentes que exhibe cada tres años la miserable conducta de repartir entre sus acólitos de turno los puestos académicos y administrativos que deben ser ocupados por UASDIANOS, que previa participación en concursos de oposición, califiquen.
El 24 de abril sonó una clarinada de condena a esa funesta práctica. Profesores y empleados decidieron con su voto redentor poner coto a la corrupta, ilegal y clientelita práctica de repartir puestos y adquirir bienes y servicios sin licitación pública. Los servidores universitarios decidieron convocar un Claustro Mayor de Saneamiento para obligar a las autoridades a transitar por el camino de la legalidad. Pero el señor Rector y 17 miembros del Consejo Universitario se niegan a transitar por la vida institucional y legal de la UASD. Pues, el miércoles 5 de septiembre tomaron una resolución que violenta una de las vías establecida por el Estatuto Orgánico para convocar al Claustro Mayor. Con esa decisión se anularon ilegalmente atribuciones que sólo competen al Claustro Mayor, ya que es la única instancia de gobierno universitario que tiene calidad de decidir sobre la convocatoria de más de 800 docentes de la Primada de América.
Los que han vivido de la ilegalidad se resisten a la convocatoria de un Claustro, que debe ser normal en la vida institucional de la academia, porque prefieren el camino del clientelismo y la compra de bienes y servicios sin licitación pública. Un radiante ejemplo de esa conducta, lo constituye el hecho de que el señor Rector y los 17 miembros que se oponen a la legalidad, se han convertidos en corredores de seguros de una empresa de servicios de salud. ¡Cuánta ignominia y desfachatez! Han quebrado a SEMEUASD para justificar la incorrecta y poco transparente práctica de promover con carácter de imposición una exclusiva firma de seguro. Lo ético y transparente es convocar una licitación pública para evaluar al actual seguro médico de los docentes y empleados. Lo ético y transparente es asignar la evaluación a la empresa o consultores que presenten una mejor propuesta técnica para la evaluación de proceso e impacto que debe hacerse a SEMEUASD. En esa evaluación se debe identificar a los responsables de que los profesores y empleados nos encontremos desamparados y que sucedan casos lamentables como el ocurrido contra el profesor Fernando Peña, quien sufrió un terrible accidente automovilístico el domingo 10 de septiembre y fue rechazado por varias clínicas que tradicionalmente ofrecían sus servicios a la UASD. ¿En qué se está gastando el dinero adicional que cada mes transfiere el gobierno central para satisfacer la demanda de la huelga de servidores universitarios que exigían un servicio sensible de salud?
Los profesores, estudiantes y empleados están compelidos a fijar su posición frente a una situación que define a la UASD en dos bloques: Un bloque que prefiere continuar transitando por el camino de la ilegalidad, el clientelismo y la compra de bienes y servicios sin licitación pública, conformada por el señor Rector y los 17 miembros del Consejo Universitario que lo acompañan en esa aventura y el otro bloque que encabeza el Comité Pro Claustro de Saneamiento, que lucha porque la UASD vuelva a brillar con su estandarte de legalidad y vida institucional.