El ingeniero Miguel Vargas Maldonado y la doctora Milagros Ortiz Bosch serán los contrincantes en la convención que el próximo 7 de enero realizará el Partido Revolucionario Dominicano. Uno de los dos será el candidato presidencial del PRD, si todo resulta como está programado.
De momento, ninguno de los dos constituye una carta de triunfo en las elecciones del 16 de mayo del 2008. Creer lo contrario, es un acto de ingenuidad imperdonable.
Para que el PRD vuelva al poder en las elecciones venideras tienen que darse algunos factores, tanto objetivos como subjetivos. Tanto internos como externos.
Es imprescindible que la convención sea diáfana, que no deje lugar a dudas en sus resultados para evitar las denuncias del "fraude colosal" que sirven para justificar el pataleo de los que pierden, algo muy común en nuestro medio. La comisión designada para montar la convención tiene, pues, una tremenda responsabilidad. En sus manos está la suerte del PRD en el futuro inmediato.
La Comisión Organizadora de la convención tiene que mantener una actitud institucional, partidaria. No puede actuar a favor ni en contra de ninguno de los candidatos. Ellos deben ser árbitros independientes. Su papel es garantizar el voto de todos los perredeístas y de los ciudadanos que no pertenezcan a otros partidos que deseen participar en la elección del candidato o candidata del PRD.
Por otra parte, los candidatos deben mantener prudencia. Evitar los golpes bajos, pues en todo combate serio están prohibidos. No me imagino a doña Milagros Ortiz Bosch haciendo una campaña sucia contra Miguel Vargas Maldonado. De igual manera, no me imagino a Miguel Vargas patrocinando una campaña asquerosa contra doña Milagros. El que lo haga, pierde aunque gane. Los dirigentes de la "Corriente Unitaria" no pueden descender a los planos más sucios y bajos de una campaña interna. Lo mismo va para la gente de Vargas Maldonado.
Una campaña sucia en contra de cualquier bando evitará la unidad posterior.
Miguel Vargas y su gente tendrán que sumarse a la campaña electoral si doña Milagros gana la convención. De igual manera, doña Milagros y sus partidarios tendrán que apoyar a Vargas Maldonado si éste resulta elegido en buena lid en la convención. Si ambos bandos se desgarran con insultos y diatribas, si usan la violencia, si hacen trampas, si corrompen a sus compañeros comprando conciencias y promoviendo el transfuguismo, no será posible el reencuentro. La unidad será imposible. El éxito de Hipólito Mejía en la convención que lo proclamó candidato presidencial estuvo en que logró la unidad incorporando a los demás aspirantes y líderes de las demás tendencias, de tal forma que Hatuey De Camps se convirtió en presidente del PRD, doña Milagros en vicepresidenta de la República y Fello Suberví en secretario de Turismo. Nadie se quedó fuera del poder en el gobierno de Hipólito Mejía, lo que muchos olvidan hoy. Quiere decir que no pueden quedar heridas abiertas tras la convención, para lo cual hace falta mucha madurez y honestidad.
¡Sin unidad no hay fuerzas, y sin fuerzas no hay victoria!
Si el PRD no sale fortalecido de la convención, con un candidato o candidata legitimado por la voluntad popular durante una convención transparente, que se olvide de volver al poder en el 2008.
Para competir con el gobierno y el PLD, el PRD tiene que estar unido. El PLD gastó más de 5 mil millones de pesos durante la campaña electoral congresual y municipal. Utilizó fuerzas militares y Policía. Compró dirigentes de la oposición y realizó muchas prácticas antidemocráticas. ¿Qué no será capaz de hacer en unas elecciones presidenciales?
La mera escogencia del candidato o candidata presidencial en el PRD no garantiza el retorno al poder. No es tan simple ni tan sencillo. El PRD necesita hacer oposición. No puede pasarse todo el tiempo con una rebatiña interna. El PRD no puede continuar siendo una torre de Babel donde es imposible el diálogo franco y sincero, donde nadie respeta a nadie.
La posición del ex presidente Hipólito Mejía es institucional, es decir, apoyo al partido y sus organismos, promoviendo una convención plural y participativa donde gane el que cuente con el voto popular. Consciente de su liderazgo en el partido y en la sociedad, no se irá para Gurabo a sembrar yuca, pero tampoco será un obstáculo para la unidad, ni para que el partido se recupere electoralmente y pueda volver al poder, no importa quién encabece la boleta.
El PRD precisa de su unidad, de un buen candidato o candidata. Si el PRD escoge a la persona inadecuada, pierde. Si el PRD no se une, pierde. Si el PRD no hace oposición para cambiar la percepción de la gente sobre el presidente Fernández y el PLD, pierde.
La situación del PRD no es envidiable. Es muy crítica. La suerte del PRD está en manos de los organizadores de la convención, de la dirección política y de los candidatos.
