Guantanamo, Cuba. La revuelta de este viernes de prisioneros, en su mayoría afganos, constituyó la primera advertencia para sus custodias, que dbieron batallar por espacio de una hora para someterlo a la obediencia. Los guardias debieron emplear spray pimienta y balas de goma para reducir a los presos. Los disturbios duraron una hora. El comandante afirmó que nadie resultó herido. Este viernes por la noche, según el Pentágono, la situación era calma, narra la agencia alemana DPA.
Según el comandante Robert Durand, los presos crearon una trampa para los guardias: les hicieron creer que uno de ellos quería suicidarse ahorcándose para que ingresaran en el área. Cuando los guardias quisieron evitarlo, los demás prisioneros los atacaron con ventiladores, lámparas y demás objetos.
Al parecer, los prisioneros habían echado líquidos sobre el suelo para hacerlo más resbaloso.
Los hombres fueron arrestados y llevados a un área de alta seguridad en el campo. Allí, dos presos intentaron suicidarse el jueves por la mañana ingiriendo una sobredosis de medicamentos, según fuentes militares. El viernes, ambos se encontraban internados. Los guardias no le creyeron sin embargo a un tercer hombre quien dijo también haber tomado medicamentos, por lo que fue enviado nuevamente a prisión.
En Guantánamo están prisioneros unos 470 hombres detenidos en su mayoría en Afganistán. Muchos de ellos permanecen allí desde hace cuatro años sin que se presenten cargos en su contra ni ser juzgados, pese a la presión internacional para que Washington tome acciones legales contra ellos, los traslade o los libere.
Por su parte, el gobierno estadounidense se mostró sorprendido por las críticas de Naciones Unidas a su trato a los prisioneros extranjeros. "Ignoraron gran parte de las informaciones que les presentamos", dijo hoy en Washington John Bellinger, director de la delegación estadounidense ante la comisión de la ONU contra la tortura en Ginebra.
La comisión había pedido anteriormente a Estados Unidos en su informe final cerrar el controvertido campamento de prisioneros en Guantánamo. Entre otras cosas, criticó el trato de Estados Unidos para con los prisioneros y pidió el fin de interrogatorios con métodos cruentos como el empleo de perros con fines intimidantes y humillaciones sexuales.
Bellinger reconoció graves abusos contra presos, pero dijo que los autores habían sido responsabilizados de los hechos. "Señalamos que en los últimos años cambiaron muchas cosas", dijo. "Cumplimos con todas las condiciones (de la Convención contra la Tortura)", agregó.
Sin embargo, Bellinger sostuvo que con el pedido de cierre de la prisión la comisión había sobrepasado sus competencias. Afirmó que en la Convención no figura nada sobre mantener prisioneros durante tiempo indeterminado sin presentación de una acusación formal. También dijo que las declaraciones sobre la negativa a las visitas de la Cruz Roja no están bajo las competencias de la comisión.
Sin embargo, Bellinger afirmó que a pesar de su desilusión respecto al trabajo de la comisión, Estados Unidos no se retirará de la Convención contra la Tortura.
