Cinco haitianos aprovechan falta de custodia y salen de cárcel sin problema

SANTIAGO.- Cinco haitianos se fugaron en la madrugada de hoy de la cárcel pública de Rafey, de esta ciudad, de cuyos actos la procuradora general de la Corte de Apelación de aquí responsabilizó al jefe policial de esta zona. La doctora Bielka Calderón no identificó por sus nombres a los evadidos, pero informó que uno guardaba prisión por el tráfico y consumo de drogas y los restantes, por robos.
Según la funcionaria judicial, para una efectiva custodia de la cárcel se precisa de 100 agentes policiales más que el número existente “pero el general Luís de la Cruz Consuegra aparentemente nada hace para conseguir esos policías”.
Con la fuga de los cinco haitianos, se elevan a 12 los evadidos en las últimas tres semanas de esa penitenciaría, incluyendo seis ex agentes policiales y militares, que esperan ser procesados por la comisión de delitos en el ejercicio de sus funciones, como robos, asesinatos, violaciones sexuales y asaltos.
La doctora Calderón insistió en que las fugas son motorizadas por la falta de una efectiva vigilancia policial en la cárcel y que, por el sitio por donde salieron los haitianos, debían estar custodiando cuatro agentes, pero no había nadie.
Para fugarse, los haitianos primero rompieron los barrotes de la celda donde estaban, localizada en la segunda planta, ya que el primer nivel de la cárcel está siendo reparado.
Dijo que nadie se dio cuenta de la trama, porque los haitianos procedieron a quebrar los barrotes aprovechando el ruido que se hizo mientras maquinas pesadas trabajan en la primera planta.
En horas de la madrugada, desde la ventana puesta al descubierto, deslizaron una cuerda por donde bajaron al primer nivel y, para salir del perímetro de la cárcel, utilizaron otra soga, con la que salvaron el muro y se internaron por un play, desapareciendo.
Desde que esta mañana las autoridades se percataron de la fuga, se inició una cacería contra los haitianos encontrados en las calles, acción que desaprobó la procuradora general de la Corte de Apelación, en el entendido de que “los que se fugaron ya deben estar en la frontera, por Dajabón”.