WASHINGTON.- El plan sobre inmigración del presidente de EU, George W. Bush, que busca abordar la regularización de ilegales y el fortalecimiento de la seguridad en la frontera con México encontró este miércoles un gran respaldo del Senado de Estados Unidos.
El apoyo de la Cámara alta estadounidense implicó rechazar el plan del senador republicano por el estado de Georgia, Johnny Isakson, el cual se orientaba únicamente al incremento de la seguridad en las fronteras. La propuesta fue rechazada por 55 senadores y contó con el apoyo de 40, con el voto unido de republicanos y demócratas.
Otra propuesta presentada horas después por el senador demócrata Byron Dorgan que planteaba la exclusión a inmigrantes indocumentados recién llegados al país del programa de trabajadores temporales que fue planteado ayer por el presidente Bush, fue también rechazada por 69 votos contra 28.
El senador demócrata por Massachusetts Ted Kennedy, señaló que la aproximación que el Senado debe hacer entorno al problema de la inmigración ilegal debe ser amplio e incluir todos los aspectos relativos al mismo y no sólo la protección de la frontera.
Los resultados de ambas votaciones constituyeron un triunfo para los legisladores que apoyan la idea de Bush de combinar un refuerzo de la vigilancia fronteriza con un sistema para otorgar la ciudadanía estadounidense a muchos inmigrantes que viven en el país de forma ilegal.
Bush explicó ayer a la ciudadanía que el plan descarta una amnistía para aquellos que ya residen en el país y supone la exigencia a los ilegales de que paguen una multa por su situación, y que hagan frente a los impuestos atrasados. "Entre la amnistía y una deportación masiva existe un termino intermedio", señaló Bush.
Se explicó, según publica en el Universal de México, que el acceso a la ciudadanía de estos inmigrantes dependerá de una evaluación y no tendrá prioridad sobre los candidatos legales.
El presidente Bush establece además, en su programa de cinco puntos, el incremento en los efectivos fronterizos y la normalización condicionada de inmigrantes, un programa de trabajo temporal, incrementar los controles en los datos de los trabajadores contratados y una exigencia de respeto a los símbolos nacionales como la bandera y el idioma.
Mayoría de estadounidenses ve positivo el mensaje presidencial
Por otra parte, el Universal dice que el plan migratorio delineado el lunes por el presidente George W. Bush tuvo una positiva recepción inicial entre el público. El periódico se hizo eco de una encuesta publicada en CNN, que indicó que la reacción después del discurso fue "muy positiva" o "positiva" para 79% de la audiencia, en tanto que la opinión sobre la política migratoria de Bush pasó de 42% de aprobación antes del mensaje, a 67% después.
Pero a otros niveles la recepción del mensaje que, con una audiencia de casi 46 millones de televidentes duplicó el nivel de atención que recibió el discurso de junio sobre Irak, fue diferente.
Los gobernadores de los estados fronterizos tuvieron reacciones encontradas: el republicano Arnold Schwarzenegger, de California, y el demócrata Bill Richardson, de Nuevo México, expresaron dudas, mientras la demócrata Janet Napolitano, de Arizona, y el republicano Rick Perry, de Texas, se manifestaron en favor.
Para la derecha republicana, representada por legisladores como el representante republicano de Arizona J.D. Hayworth, la propuesta de Bush es insuficiente y tardía. "Creo que la Guardia Nacional debe trabajar hombro con hombro con la Patrulla Fronteriza", dijo Hayworth, quien consideró que seis mil hombres es "inadecuado".
En cambio, el discurso de Bush fue bien recibido por los líderes de la mayoría republicana, Bill Frist, y de la minoría demócrata, Harry Reid, quien estimó posible que se logre concluir y poner a votación una propuesta de ley en el Senado antes del 29 de mayo. Más aún, según el senador republicano Mel Martínez, el discurso presidencial "solidificó" votos en favor de la reforma.
En ese marco el procurador general Alberto Gonzales apuntó que la mera presencia de la Guardia Nacional tendrá un efecto "disuasivo", aunque subrayó que no se trata de una militarización de la frontera.
Por su parte, líderes de organizaciones hispanas reaccionaron contra el anuncio de Bush. Por ejemplo, Joel Magallán, líder de la Asociación Tepeyac de Nueva York, dijo que el discurso de Bush estuvo dirigido al electorado y a recuperar la popularidad perdida en los últimos meses, en tanto Carlos Arango, director de Casa Aztlán en Chicago, se manifestó enojado porque el mensaje "coincide con el del grupo Minuteman" -que calificó la propuesta del mandatario como una "farsa política".
El cónsul de México en Chicago, Carlos Manuel Sada Solana, dijo en una entrevista televisiva que el mensaje de Bush fue positivo y encamina en la dirección correcta una reforma migratoria integral.
En este marco, mientras el gobierno de Guatemala se dijo desconcertado por el mensaje de Bush, un vocero de la cancillería canadiense dijo que "el gobierno de EU informó a funcionarios canadienses que no tiene intención de emplazar unidades de la Guardia Nacional en la frontera" bilateral.
