Este artículo se escribe en función de nuestro trabajo anterior y trata sobre asfixia, particularmente de la sofocación criminal, que es un tipo particular dentro de ella, y que con toda seguridad ha ocurrido con una actitud criminal, dolosa, que todos vimos en el caso de los migrantes haitianos ilegales. Antes de que el asunto se olvide, deseamos tratarlo, al menos científicamente, y esto, de por sí, es mucho.
La asfixiología forense se ocupa exclusivamente de las asfixias por acción mecánica o primitiva, ya que la primera causa de la muerte siempre es la anoxia, sin importar que ésta ocurra de manera rápida o lenta; otros tipos de asfixia que no son del interés medicolegal, como las que se producen a consecuencia de una enfermedad cardiaca o respiratoria, por un incidente traumático, como en las hemorragias, o por las asfixias que son a consecuencia de gases tóxicos, de manera circunstanciada, como por ejemplo
el caso de un obrero que descuida un cilindro de gas en una habitación donde está trabajando.
La asfixiología forense es de una importancia tal que su estudio medicolegal completo de las asfixias las remite a las que ocurren de forma rápida, violenta, brutal y trágica, y todas las formas en que éstas se producen. En ese sentido, las características que ellas presentan sirven para establecer un conjunto de clasificaciones, y sus correspondientes
etiologías.
En el contexto de las ciencias forenses, éstas generalmente se estudian de acuerdo al diagnóstico medicolegal, a los caracteres comunes que sirvan para evitar errores en el informe sobre la verdadera causa de la muerte por asfixia. Es fundamental establecer la condición del cartílago tiroideo y el hueso hiodes, así como los síntomas internos y externos.
La asfixia es la interrupción o el cese de oxígeno que conlleva el flujo sanguíneo al cerebro. Inicialmente el término se usó para las «muertes repentinas acompañadas de paro cardiorrespiratorio»; en la actualidad se ha relacionado con «dificultad o detención de la función respiratoria». En medicina legal, se habla de asfixia, siempre que la anoxia o hipoxia anóxica sea consecuencia de una respiración en una atmósfera pobre en oxígeno o a una insuficiencia respiratoria por un trastorno ventilatorio. Cundo se añade al término la palabra “mecánica”, lo que se está indicando es que, tanto la suspensión, el déficit de oxígeno, como el trastorno ventilatorio se deben a un impedimento estrictamente mecánico o de movimiento.
Son muchas las condiciones en que ocurren las asfixias, pero la que más interés puede tener en este escrito tiene que ver con las surgen a partir de que en el interior de las vías respiratorias haya un obstáculo a la entrada del aire, como es por ejemplo en la sofocación dolosa, o la muerte por atragantamiento.
Al tratar la sofocación pensamos en la oclusión de las vías respiratorias, directamente o indirectamente, mediante la compresión del tórax que hace imposible los movimientos respiratorios. Muchas son sus modalidades. La sofocación a que queremos aludir, se produjo por grande “apretazón”, en la que esos infelices fueron comprimido por sus vecinos de desgracia, que les hizo imposible la respiración.
El aspecto de los sujetos que enfrentaron esta sofocación indirecta la cara se tornó morada (máscara eqimótica), el punteado equimótico que es unos de los síntomas generales de las asfixias dio a sus cuerpo un tono azulado; los ojos se exorbitaron, los labios y toda la cara creó el efecto de “cabeza de negros”, que es como se designa ese síndrome. La autopsia deberá revelar que fue la sofocación la causa de la muerte y no que la muerte se produjo de otra manera.
Es todo. No ha sido empleado aquí el término cabeza negra como algo peyorativo, ni mucho menos.
