Con el espectacular rescate de Rolando Benjamín González Reyes (El Gringo), en una zona boscosa de Azua, la Policía Nacional no sólo resolvió el último gran caso sobre secuestro en República Dominicana, sino que le salvó la vida al cautivo ya que sus captores habían cavado el hoyo donde lo enterrarían después de matarlo como ya tenían planificado.
Conscientes de que la Policía los tenía ubicados, y frustrados por no haber logrado su propósito de que se les pagaran los tres millones de dólares por el rescate, los secuestradores se proponían acabar con la vida de su cautivo. De manera, que la muerte de Gonzáles Reyes era cuestión de tiempo y para ello se había preparado el hoyo donde depositaria su cadáver. Sin embargo, la acción rápida de la Policía, asistida por organismos militares, impidió ese macabro objetivo de los secuestradores, los cuales, rastreados, ubicados y acorralados la mayoría de ellos, tuvieron poco tiempo para reaccionar y tratar de escapar de la persecución policial, cuya labor de inteligencia y operativo estuvieron a cargo del general de brigada Carlos Castro Castillo. En el lugar del rescate conocido como La Meseta de Hato Nuevo, Azua, la Policía apresó al alcalde de la comunidad, Gerardo Montilla Jerónimo, quien fungía como el vigilante del cautivo, y en zonas aledañas, a Porfirio Báez Fèliz, Luis Nelil Ramírez y Socorro Andrés Montàs Jiménez que trataban de escapar fuertemente armados y que no pudieron hacer resistencia por la acción rápida y espectacular de las unidades èlites de la institución del orden respaldadas por fuerzas militares. A Montilla Jerónimo lo identifico el propio secuestrado como la persona que lo vigilaba y daba comida y cariñito.Báez Fèliz reside en Los Alcarrizos donde más tarde fueron arrestados otros dos hombres conocidos como Ramón Rolando Mejìa y Cesáreo Díaz. En el lugar del cautiverio la Policía encontró pertrechos militares, entre ellos, seis cargadores de fusiles M-16. Están presos también José Francisco López Chávez (El Chino), De Mao, y Alexis Cabrera, de Villas Agrícolas, Distrito Nacional. Contra todos la juez de la Tercera Sala de la Instrucción de Santiago, Cecilia Badìa, dictó medidas de coerción preventiva atendiendo al pedido a la representante del Ministerio Público, la procuradora fiscal adjunto Jenny Berenice Paulino. La Policía persigue a dos más que están prófugos, los cuales espera apresar en las próximas horas ya que los sigue de cerca, según lo explicó el jefe de la institución, Mayor General Bernardo Santa Páez. Santana Páez, quien viajó a Azua al momento del operativo de rescate a bordo de un helicóptero, negó que en el secuestro del Gringo hayan participado extranjeros, y dijo también, que hasta el momento, la Policía no tiene evidencias de que el plagio estuviese vinculado a un ajuste de cuentas por asunto de tumbes, drogas o algo que se parezca. Sin embargo, aseguró que todo se está investigando y se dará parte a la población de los resultados ya que la Policía es la más interesada de que todo cuánto ocurra en el país, en materia de crìmenes y seguridad ciudadana, se haga de forma transparente y participativa.Santana Páez dijo que la ciudadanía, para la cual trabaja la Policía Nacional, es la principal aliada y auxiliar de esa institución por lo que debe ser la primera en estar enterada de acontecimientos como los ocurridos en Azua. Resaltó que el rescate del comerciante en una finca de Hato Nuevo de la provincia de Compostela, se haya producido "sin violentar los derechos de ningún ser humano", lo que dijo, habla muy bien de los mecanismos utilizados por la institución bajo su mando. Informó que la Policía está procediendo al sometimiento de otra persona apresada con relación al secuestro del que fue víctima el dominicano residente en Estados Unidos. El comerciante dominicano residente en Estados Unidos fue secuestrado el 24 de noviembre junto a su madre y una sobrina que posteriormente fueron liberadas. La pasada semana la Policía le rescató en una finca de Hato Nuevo donde su captores le mantenían a la intemperie. Aunque no se confirmó oficialmente, la versión más propagada es que éstos pedían tres millones de dólares para liberarle.